domingo, 25 de junio de 2017

Pronunciamiento de la Academia Nacional de la Historia y de la Sociedad Peruana de Historia

Dos importantes instituciones peruanas relacionadas a la Historia también se han pronunciado en contra de los proyectos de ley para la creación del Colegio de Historiadores. Hasta donde sabemos, ni una institución académica o autoridad universitaria se ha declarado a favor de aquellos inconsultos proyectos. Como se puede ver, el rechazo es generalizado.  

PRONUNCIAMIENTO DE LA ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA Y DE LA SOCIEDAD PERUANA DE HISTORIA

Ante la presentación en el Congreso de proyectos de ley que afectan el futuro de libre ejercicio del oficio de historiador, en sus diferentes expresiones (investigación, docencia y defensa de nuestro patrimonio cultural y de la memoria histórica de la sociedad peruana), es deber de las más altas instituciones que reúnen a los cultores de esta disciplina manifestar nuestro rechazo a la creación de un Colegio de Historiadores que en el caso de las llamadas tradicionalmente profesiones liberales y que conllevan un ejercicio práctico, básicamente lucrativo, pueden justificarse, pero que en el ámbito de las Humanidades no aportan nada para su mejor ejercicio, antes bien conducirían a desnaturalizar los objetivos de la profesión.

Hay muchas razones que fundamentan nuestra posición, pero nos limitaremos a señalar las más importantes:

1. Nos encontramos viviendo en un mundo globalizado, en el cual la amplitud de los temas a estudiarse obliga a la producción de trabajos interdisciplinarios, que tienen como eje la historia, pero donde participan profesionales de otras disciplinas, lo cual no sería posible si para participar en una investigación histórica fueran requisitos indispensables tener el título de licenciado en Historia y estar colegiados.
2. Esta misma exigencia del título profesional impediría la iniciación de los estudiantes de la especialidad en las labores de investigación y docencia, impidiéndoles poder tener ingresos económicos para la financiación de sus estudios.
3. Estas limitaciones contribuirían a debilitar los trabajos en equipo multidisciplinarios, cuyo financiamiento procede de empresas interesadas en el desarrollo industrial y tecnológico, más que en el humanístico.
4. Al ser el carácter de los Colegios profesionales fundamentalmente reglamentarista, un Colegio de Historiadores daría lugar a una serie de restricciones en cuanto al tipo de investigaciones a realizarse, naturaleza de las fuentes a utilizarse, metodología y otras particularidades que cada historiador elige libremente.
5. En cuanto a garantizar el rigor académico de la producción histórica, esto suele estar avalado por los comentarios en revistas especializadas, redes académicas y por la institución que hace la publicación. Igual ocurre con el prestigio en la docencia.
6. Finalmente, deseamos subrayar el grado de libertad que debe tener el historiador, y el humanista, en general, para desarrollar su obra intelectual.

Algo más que podemos añadir es el hecho de los problemas que afrontan, en la actualidad, diversos colegios profesionales que en vez de asegurar la calidad de los servicios que brindan los asociados y su comportamiento ético en el desempeño profesional, comprometen el prestigio de la profesión.




Margarita Guerra Martiniere  
  Presidenta de la Academia
   Nacional de la Historia    

Lima, 19 de Junio de 2017

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